El índice Nikkei 225 de la Bolsa de Tokio ha tenido un octubre para recordar, marcado por su mayor caída desde 1987. A lo largo del mes, este índice ha enfrentado una serie de caídas significativas, motivadas por factores tanto locales como internacionales.
Las tensiones geopolíticas, especialmente en Medio Oriente, la posibilidad de una recesión en Estados Unidos y un fortalecimiento del yen han generado inestabilidad. Esto ha llevado a que inversores globales huyan de las acciones tecnológicas y otros activos de riesgo, impactando duramente al Nikkei.
Causas de la caída del Nikkei en octubre
- Recelo por la economía de EE. UU.: Los temores de una posible recesión en la economía estadounidense, alimentados por datos de empleo y la falta de recortes de tipos de interés por parte de la Reserva Federal, han tenido eco en los mercados asiáticos. Los inversores han comenzado a reaccionar con ventas masivas, especialmente en sectores de alta tecnología.
- Impacto del yen y los fondos de cobertura: La subida del yen frente al dólar ha afectado la competitividad de las exportaciones japonesas, lo cual reduce el atractivo de las acciones en Japón. Además, varios fondos de cobertura han cerrado posiciones en Tokio, aumentando la presión sobre el índice. Esto ha llegado al punto de activar los “circuit breakers”, un mecanismo que detiene automáticamente la negociación cuando se alcanzan ciertos límites de caída.
- Conflicto y tensiones geopolíticas: Las crecientes tensiones entre Israel e Irán han elevado la aversión al riesgo globalmente, añadiendo incertidumbre al mercado japonés, y el “índice del miedo” (VIX) de Wall Street ha alcanzado su punto más alto desde el inicio de la pandemia.
Cómo afecta esto a los inversores
Para aquellos que tienen inversiones en el Nikkei o en mercados asiáticos, este tipo de caída puede parecer alarmante, pero es una reacción típica en momentos de incertidumbre global. La volatilidad en el corto plazo puede representar riesgos, pero también oportunidades de compra para los inversores con una perspectiva a largo plazo. Sin embargo, es esencial diversificar y analizar si los factores detrás de la caída son temporales o estructurales.
A medida que octubre llega a su fin, la Bolsa de Tokio sigue pendiente de la respuesta de la Reserva Federal y de los desarrollos en el yen, así como de cualquier movimiento en el conflicto de Medio Oriente. Esta situación de incertidumbre podría seguir generando inestabilidad en el índice Nikkei en las próximas semanas.