Un dato que puede darnos algo de optimismo, es el correpondiente al Producto Interior Bruto (PIB) de Japón se contrajo durante los tres primeros meses del año un 3,5%. ¿Cuál es la parte optimista? que supone una mejoría de dos décimas frente a la caída del 3,7% estimada inicialmente.
Así, el periodo enero-marzo de 2011 mostró una contracción del PIB real nipón del 0,9% con respecto al trimestre anterior, claramente motivada por el impacto negativo del terremoto de 9 grados Richter y el tsunami del 11 de marzo.
En este sentido, Japón se encuentra dentro del segundo trimestre consecutivo donde registra un descenso en su crecimiento, lo que técnicamente la sitúa en recesión.
De todos los indicadores, el que más se revisó a la baja fue de la inversiones privadas de no residentes en Japón, que se contrajo un 1,3% frente al 0,9% previsto.
Previo al desastre, el Gobierno nipón esperaba que durante el período citado la economía japonesa volviera a generar riqueza, gracias a la recuperación de las exportaciones. No obstante, la economía ha caído al ritmo más fuerte desde el descenso del 18% registrado en el primer trimestre de 2009 a raíz de la crisis financiera global.
Recordamos que, el seísmo y tsunami del 11 de marzo se llevaron más de 23.000 personas, y se valuó como un serio revés para la industria nipona, al paralizar numerosas fábricas e interrumpir la cadena de suministros.
