Tres claves para entender la inflación en Japón en 2024

En 2024, Japón se enfrenta a un fenómeno inflacionario que, aunque no es inusitado a nivel global, sí es relevante para una economía históricamente estable en precios. Aquí tienes las tres claves que explican por qué los precios están subiendo y qué significa esto para los consumidores y la economía.

El fin de las ayudas a la energía: el primer golpe

A principios de 2024, el gobierno japonés retiró las ayudas a la energía que había implementado el año anterior. Estas ayudas mantenían los precios de la electricidad y el gas más bajos, un alivio significativo para los hogares y las empresas.

Al retirarse este soporte, los precios se han disparado, y eso se ha reflejado de inmediato en los indicadores de inflación. Para las familias, el coste de mantener sus hogares encendidos y calentitos en invierno ha subido, lo que se ha traducido en una inflación que alcanzó un 3% en agosto, un nivel inusual en Japón.

Alimentos y productos básicos, cada vez más caros

Además de la energía, los alimentos y otros productos básicos han seguido subiendo de precio. La inflación subyacente (la que no cuenta alimentos frescos ni energía) ha estado persistentemente por encima del objetivo del Banco de Japón, que es del 2%.

Esto significa que, más allá de la electricidad o el gas, los precios de muchos productos de consumo diario siguen en aumento. Este impacto en el poder adquisitivo es visible en todo el país y especialmente en los hogares con ingresos bajos, que ven cómo cada yen rinde menos.

Un yen débil que encarece las importaciones

Otro factor clave ha sido la debilidad del yen frente al dólar, que encarece los productos importados. Japón depende en gran medida de las importaciones, no solo para materias primas, sino también para alimentos y otros productos. Un yen débil hace que el precio de estos bienes suba, impulsando aún más la inflación.

Para el Banco de Japón, esta es una preocupación constante, porque si bien una moneda más débil ayuda a las exportaciones, encarece la vida de los consumidores japoneses, que ven cómo los precios de productos de uso cotidiano se incrementan.

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